sábado, 3 de septiembre de 2011

LAS CUATRO DE LA MADRUGADA Y NO PUEDO DORMIR


Como un reptil que se escurre en la noche debajo de las sábanas
han entrado en mi casa para hollar su nobleza
a oscuras
por sorpresa

y han dejado un temblor en sus cajones
abiertos y vacíos
de las cosas que habían cobijado

y son bocas abiertas que desean
decirme la impresión del violador
de su mundo tranquilo
/él les dejó sobre la piel la huella
grosera y desalmada de su oprobio/

camino por la casa
entro en sus cuartos
y todo está en desorden
todo grita
con la voz marginal de la impotencia
y me resisto
revelo y me resisto
a devolver las cosas a su sitio
pues no quiero que ordenen su quejido
no quiero que se callen
que oculten su impotencia y su intemperie

me veo deambulando
haciendo un inventario
interno y exhaustivo
de sus puertas abiertas
de sus ventanas rotas

se han llevado algo más que ciertas cosas
algo más que dinero o que recuerdos

se han llevado con ellos
en sus garras
el aura que brillaba en su inocencia


por: Juan Carlos Gómez Rodríguez

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