viernes, 21 de octubre de 2011

En memoria de CLAUDIO RODRÍGUEZ, del poemario TRILOGÍA


En memoria de Claudio Rodríguez



Hablaré quedamente
muy quedamente
descendiéndome

a veces las palabras urden silencios pálidos
las vamos desgranando
escogiendo
para formar con ellas el cuerpo de la noche
para desdibujar paisajes
que adquieren dimensiones impensadas
etéreas
sutiles

vuelan
por el espacio poético con alas frágiles
tañendo el aire
con su frotar recurrente y sonoro

son armazón para la travesía
por un espacio de hermosura
o faros para la niebla
o niebla para el camino
o fulgor que seguir por un camino

la palabra
brote para la nostalgia
luz de descubrimiento
corporeidad para un suspiro
con que intentamos
atrapar un suspiro

para mi tu palabra
la que se enfrenta a esa otra intolerante
que se enquista con aristas sajadoras

tú siempre serás palabra
trasmisora de vibraciones del alma
donde brotan preguntas que no acaban
como ahora tú me brotas
cuando te precipitas en la temida oscuridad
¿o es claridad deseada?
desde la dignidad del hombre que se busca
acariciando cada dolor
enhebrando sus dudas y certezas en la hebra del poema
alumbrando la oscuridad con profundos latidos
acabándote para brillar eternamente
y así pertenecer al tejido del tiempo
y a la difusa luz de los anaqueles
porque ya eres palabra
canto para la vida
luz de deslumbramiento

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